Hace mucho, mucho tiempo, en
la edad de piedra ancestral
Donde el gran mamut caminaba,
en un paisaje sin igual
Vivía un niño pequeño, con un corazón colosal
Riquitín, el cavernícola,
su pasatiempo era contar.
Piedras de todas las formas,
y de brillos sin igual
Una por una las mira, ¡qué colección tan genial!
Desde el amanecer hasta el sol que se va a acostar
Contar es su gran pasión, no
hay juego que lo pueda igualar.
¡Uno, dos, tres, roca lunar!
¡Qué aventura va a empezar!
Riquitín cuenta, Riquitín va a buscar.
Con su gran corazón de amigo, se va a aventurar,
Que la piedra perdida pronto va a brillar.
Pero un día entre su manta,
de repente, ¡ay, qué horror!
Falta una piedra preciosa, su lunar, su gran amor.
Brillaba como una estrella, tenía polvo estelar,
Riquitín se puso triste, ¡la tiene que rescatar!
Cruza el río, sube el monte, valiente y sin dudar.
Conoce al búho sabio, que le enseña a mirar.
La ardilla ágil le muestra cómo debe saltar,
Y el mamut le da un abrazo,
¡la amistad hay que guardar!
¡Uno, dos, tres, roca lunar!
¡Qué aventura va a empezar!
Riquitín cuenta, Riquitín va a buscar.
Con su gran corazón de amigo, se va a aventurar,
Que la piedra perdida pronto va a brillar.
En el valle misterioso, ¡por fin ve la luz!
La piedra está en la copa de un árbol,
¡hace crac, pum, bu!
Gracias a sus nuevos
amigos, que le ayudan con valor,
Recupera su tesoro, ¡el contador ya ganó!
Y al tenerla entre sus manos, aprendió la lección:
Las piedras son divertidas, ¡pero más la conexión!
La amistad es el regalo, la más grande bendición.
Riquitín regresa a casa, ¡un héroe de corazón!
¡Uno, dos, tres, roca lunar!
¡Qué aventura va a empezar!
Riquitín cuenta, Riquitín va a buscar.
Con su gran corazón de amigo, se va a aventurar,
La amistad es el tesoro que no se va a olvidar.