¡Somos las llaves, sí, las traviesas!
La llave maestra, la pequeña, y la gruesa.
En el llavero, de día quietud;
¡De noche, aventura, llenas de inquietud!
Mas somos leales, con gran corazón,
Siempre volvemos, cumplimos misión.En
un pueblo llamado Llaventura,
un secreto se guardaba,
En la casa Pérez, donde nadie más miraba.
Las llaves de la puerta, ¡cobran vida al instante!
Un ejército de metal, un juego emocionante.
La una salta al suelo, la otra va a rodar,
Buscando un escondite, para poder jugar.Un
día en la aventura, la cosa se torció,
Jugando al escondite, ¡el tiempo se olvidó!
Tras un viejo reloj de pared,
se quedaron calladas,
Mecánicas de travesuras, risas disimuladas.
De pronto, un sonido: ¡es
Luis que vuelve del colegio!
Y el llavero vacío, ¡oh, qué gran sacrilegio!Luis
busca en la maceta, y debajo del felpudo,
En el buzón, en el patio, ¡su pequeño mundo mudo!
“¿Dónde están mis llaves?” ¡Pregunta con dolor!
Pero ellas detrás del reloj, sintiendo gran temor.
¡Rápido! Hay que volver,
es nuestra responsabilidad,
Saltan con gran prisa, ¡por la seguridad!Luis
vuelve a mirar, y allí están las llaves,
Justo donde debían, ¡con aires muy suaves!
“¡Qué raro!”, piensa Luis,
“Juraría que no estaban.”
Abre la cerradura, mientras ellas celebraban.
La lección fue aprendida, mas no el fin del juego,
Volvieron a jurarse que volverían
luego.¡Somos las llaves, sí, las traviesas!
La llave maestra, la pequeña, y la gruesa.
En el llavero, de día quietud;
¡De noche, aventura, llenas de inquietud!
Mas somos leales, con gran corazón,
Siempre volvemos, cumplimos misión.Pero un
día sombrío, la madre comenzó a limpiar,
Señora Pérez mueve todo, no hay lugar para jugar.
Escobas y plumeros, ¡un caos de terror!
Las llaves corren, buscando un nuevo protector.
Una esquina olvidada, no, ¡la madre está allí!
¡Se meten en el delantal! ¡Un refugio
feliz!Al salir de casa, ¡se repite la canción!
Toda la familia busca, con gran preocupación.
Y la madre quejándose: “¿Dónde están
las llaves, cielos?”
Y siente un tintineo en
los pliegues de sus vuelos.
¡“Vaya, vaya!”, dice ella,
con sorpresa y con un guiño,
“¡Estas llaves traviesas,
tienen vida y mucho cariño!”
Y así aprendieron todas:
la diversión ha de esperar,
Solo juegan un momento, para siempre regresar.