Valle de Miralunas, las sombras ya están aquí.
Silencio en la montaña, esperando por Zely.
Guardián de las estrellas, por un voto ancestral.
La luz de ese firmamento empieza a ser fatal.
Observa el gran lienzo, la bóveda glacial.
Alheri, Luz de Esperanza, con un dolor sin par.
El telescopio tiembla, refleja su temor.
Viaja con Noctis, su sombra, donde secretos son.
Atraviesa murmullos, el bosque dice adiós,
Hacia el monte de sabios, bajo un cielo atroz.
Busca la vieja cura, el camino hacia la luz.
Una duda en el alma que agrava su prisión.
La estrella marchita… me duele en el interior.
No se pierde en el cielo, sino en mi gran temor.
Nadie puede sanar lo que me niego a ver:
Mi aliento es su luz, y con ella quiero ser.
La sombra que combato es la que llevo aquí.
Para salvar el fuego, debo salvarme a mí.
¡Brilla, frágil fe! Restaura el corazón.
Yo soy la luz, o no habrá más ilusión.
Los sabios susurran, la verdad sin disfraz:
La estrella es su alma que refleja tanta paz.
Su silencio guardado, el sueño que perdió,
Fue el ladrón cósmico que todo marchitó.
El peso del destino, la sombra que creó,
Su espíritu debe rendirse a lo que no cambió.
Se aleja del monte, comprende la misión:
Hallar la simple vida y darle bendición.
La estrella marchita… reflejo de mi piel.
No la extingue el espacio, sino la pena cruel.
La verdad es tan simple, el destino es real:
Mi aliento es su luz, mi esencia más vital.
Cambié la pena oculta por la risa y el candor,
Persiguiendo instantes, susurrando mi clamor.
¡Brilla, frágil fe! Restaura el corazón.
Yo soy la luz, y tengo una razón.
En la risa de un niño, en el canto de un caudal,
En la historia sencilla, un poder elemental.
La sombra se disuelve, la duda se rompió.
Cada amanecer es un pacto que encontró.
No solo es un Guardián, es la flama interior.
El viaje ha terminado, comienza el resplandor.
La estrella marchita… ¡arde en mi interior!
No se nutre del miedo, sino de mi valor.
Encontré la belleza, el destino que abracé:
Mi aliento es su luz, en este instante ya lo sé.
La sombra que combato es la que pude dejar,
Para salvar el fuego, yo aprendí a amar.
¡Brilla, alma radiante! La promesa ya está.
La estrella es eterna, jamás se apagará.
Oh, Alheri, luce al fin.
Mi corazón es la luz sin fin.
No hay más penumbra… solo canción.
Brilla conmigo.
Brilla… por siempre.