Bajo la manta estelar, cuando la luna es fulgor,
Se esconde un valle ancestral,
guardando un gran resplandor.
Un muchacho, Liam, en la aldea quieta,
Sintió el llamado, la aventura es su meta.
Ojos de agua clara, cabello de noche total,
Buscando el misterio en el bosque espectral.
¡Oh, Valle de las Luciérnagas Doradas!
Donde las flores caídas son estrellas.
¡Oh, magia antigua nunca olvidada!
El aire brilla en mil destellos.
Un sendero oculto, un camino de luz,
Guiando al joven con su gran virtud.
Llegó al círculo de piedra, mudo y viejo,
Vio el cetro humilde, reflejo del tiempo.
Al tocarlo, ¡un torrente de historias!
De un hechicero, viejas memorias.
Que protegió al pueblo, con magia y con fe,
Y el cetro de madera era su ley.
Pero de pronto, el silencio se rompió fatal,
Sombras oscuras del bosque, un mal ancestral.
Buscando la luz extinguir, la noche sembrar,
Las luciérnagas doradas quisieron apagar.
Liam sintió el peso, el destino en su voz:
"¡Seré el guardián que les dará la luz!"
¡Oh, Valle de las Luciérnagas Doradas!
Donde las flores caídas son estrellas.
¡Oh, magia antigua nunca olvidada!
El aire brilla en mil destellos.
Con cetro en mano y un corazón valiente,
La luz dorada enfrentó a la sombra ardiente.
Oleada de magia, un manto de oro total,
La oscuridad huyó ante el poder elemental.
El valle está a salvo, la paz regresó.
Liam, el guardián silencioso, nadie lo supo.
Y bajo la luna, sigue velando la paz,
Pues la valentía siempre brillará, jamás se irá.