En un reino lejano, con torres de cristal,
Vivía Elián, mago sin igual.
No era por su magia, ¡ay! sino por su traspiés,
Que hacía de un hechizo, un gran revés.
Soñaba ser el Mago, el mejor de verdad,
Y buscaba un tesoro, una gran antigüedad:
El Libro de los Hechizos, perdido y muy sutil,
Para un mago torpe, era el gran perfil.
¡Oh, Elián, el Mago! Su varita al bailar,
Crea flores, ¡zas!, donde el fuego iba a estar.
Cada error es solo un paso más,
Un tropiezo que le lleva a la cima y la paz.
El traspiés del mago es la canción,
Que nos muestra al torpe con gran corazón.
Empacó su capa, su sombrero y su ilusión,
Y partió al Mercado de gran vibración.
Entre brujas y duendes, buscando un pergamino,
Compró un mapa antiguo y cambió su destino.
La Montaña de Susurros, su cima a escalar,
Un viento malvado le hizo el sombrero volar.
Pero Elián no se rinde, avanza con valor,
Pues sabe que su meta es su gran motor.
Tras la cascada, la cueva halló por fin,
Un lago de cristal en un rincón jardín.
Vio el libro en la isla, intentó conjurar,
Quería un puente sólido para poder cruzar.
Pero el hechizo errante dio un gran resultado:
No hizo puente, ¡sino nubes! Pequeñas y flotantes,
Un gran traspiés, que era un gran invento,
Saltando nube a nube, avanzó sin lamento.
Un dragón de escamas azules en guardia esperó,
Y con tres acertijos la prueba comenzó.
Dijo: "Soy el Viento", y Elián pensó un instante.
Dijo: "Soy las Estrellas",
el cielo en un diamante.
Dijo: "Soy el Tiempo", que nadie puede atar.
Con ingenio y astucia supo al fin ganar.
¡Oh, Elián, el Mago! Su varita al bailar,
Crea flores, ¡zas!, donde el fuego iba a estar.
Cada error es solo un paso más,
Un tropiezo que le lleva a la cima y la paz.
El traspiés del mago es la canción,
Que nos muestra al torpe con gran corazón.
El libro le enseña que la magia es perseverar,
Y el torpe Elián, ¡por siempre va a reinar!