Más allá del valle del olvido,
donde el viento canta en secreto,
camina un guardián con manto oscuro,
pero su alma no es de luto.
Nadie lo ve, todos lo temen,
pero él solo quiere que el mundo se equilibre…
hasta que un día, ¡oh, sorpresa!
escuchó una voz que lo enciende.
¡Amara canta, Amara brilla!
su risa al bosque le da vida.
El Segador ya no está solo,
¡con ella el mundo vuelve en colores!
Él le mostró las almas en calma,
ella le enseñó el canto de la albahaca.
Juntos miraban la luna y el río,
y el equilibrio nacía en su abrazo frío.
¡Vino la tormenta! ¡Cayó el roble viejo!
Amara herida, sin fuerzas, sin sueño…
Pero el Segador dijo: “No te irás”,
y dio su luz… ¡y el equilibrio cambió!
¡Amara canta, Amara brilla!
su risa al bosque le da vida.
El Segador ya no está solo,
¡ahora caminan juntos los dos!
En el bosque etéreo, entre sombra y sol,
el amor y la muerte hacen equilibrio…
¡y es hermoso!