En la Villa de Susurros, casa de un color,
un desván guarda un leve temblor.
No es brisa en el vidrio, ni viento en el portal,
es un sonido que late… y es real.
Nuc, el curioso, sigue aquella voz,
buscando en la calma un rincón para los dos.
Abre un cajón de madera y olor,
hallando al mago con gorro de tul.
Zil está pequeño por un gran error,
un gran hechicero lleno de fervor.
Prometen hallar la fórmula fiel:
un niño y un mago, con alma y con piel.
El Murmullo del Silencio es guía,
la luz que al amigo jamás se apaga.
Es el mapa al mundo, la única ley,
el pacto secreto que el alma ya ve.
Escucha el rumor que el pecho confiesa:
la fuerza de un sueño no tiene frontera.
Mezclan pócimas, queman pergamino,
caminan juntos por el mismo sino.
Intentos fallidos de humo y error,
mas el lazo crece con más corazón.
Buscan el rito de luz sideral,
que pide el tesoro de polvo estelar.
Al lago encantado van con pasión,
a buscar la cura de aquella poción.
El Murmullo del Silencio es guía,
la luz que al amigo jamás se apaga.
Es el mapa al mundo, la única ley,
el pacto secreto que el alma ya ve.
Escucha el rumor que el pecho confiesa:
la fuerza de un sueño no tiene frontera.
Ante el Guardián, el polvo va a caer:
«La magia que pidas te voy a conceder.
¿Quieres que tu amigo vuelva a crecer,
o un don que enseñe a escuchar y creer?»
Nuc mira a Zil, sonríe sin dudar:
«El hechizo no importa si somos verdad.
¡Que el viento susurre nuestra canción,
y el mundo conozca esta unión!»
El Murmullo del Silencio es guía,
la luz que al amigo jamás se apaga.
Es el mapa al mundo, la única ley,
el pacto secreto que el alma ya ve.
Escucha el rumor que el pecho confiesa:
la fuerza de un sueño siempre regresa.
Zil sigue pequeño, mas Nuc lo dirá:
esta gran historia jamás se irá.
El rumor viaja, llegó a tu ventana…
la voz de dos amigos amanece mañana.